Esto es simplemente la crónica de una muerte anunciada.
La historia de la cooperativa y el servicio de agua en Tanti, la conocemos desde hace mucho tiempo. Hace 50 años se creó esta institución, en épocas donde el cooperativismo se fomentaba como la panacea, en especial en temas relacionados con los servicios públicos.Con el pasar de los tiempos, y sin previo aviso, acá, la cooperativa pasó a ser un baluarte político que se fue alejando de aquel espíritu cooperativista. De las asambleas dónde los socios concurrían y llenaban el cine, hasta dejarlo pletórico, pasamos en la última década a un puñado de socios participantes que no llenaban ni la mitad del salón del club de abuelos, donde se hizo la última asamblea convocada por el año 2018. ¿Los políticos no la necesitaron más y le soltaron la mano?
En el proceso, fue demasiado notoria la NO participación del socio, la falta de Asambleas Ordinarias que las autoridades de turno esquivaban o retrasaban, la nada inserción social de la “Coope”, los gritos e insultos de asociados que no iban a asambleas nunca, gritaban afuera y no iban por compromisos dentro, la borrada de otros para dirigir el consejo de Administración, el manejo jurídico por parte de los abogados contratados por las administraciones, que consumían recursos económicos en honorarios, la contratación de familiares que engrosaban la planta de personal, los juicios laborales, la modificación del estatuto para “favorecer” al Consejo de Turno y muchos etc. más, afectaron primero el buen nombre de la Cooperativa y después, la prestación de los servicios que se brindaban, por supuesto alegándose siempre la “falta de plata”.
Esto es simplemente la crónica de una muerte anunciada.
Surge la Municipalidad y la Provincia. La última establece que la TITULARIDAD del agua es municipal. Y empieza una “nueva novela”.
Sin llamar a ninguna reunión a los socios, el Consejo de Administración decide ponerse en pie de guerra y judicializar el tema en vez de mostrar capacidad para negociar. Sin entrar en detalles: la Justicia intervino y la cooperativa el 27 de diciembre de 2019 tuvo que entregar el servicio de agua y a llorar al campito.
Será difícil que los socios volvamos a creer y apoyar a una cooperativa demasiado devaluada por la gestión solitaria de iluminados que soslayaron y soslayan la participación del socio mezquinamente en la última década.
Es seguro que dejaremos de lado el ser “socios” mal atendidos, para sentirnos como “ciudadanos” con, al menos, la esperanza de ser bien atendidos. Reflotar el espíritu cooperativista requiere de inmediatos renunciamientos para que los socios tengamos ganas de ser socios y para serlo debemos participar.
Se la dejo picando.
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