De autor ANONIMO:

No se equivoca el pájaro que abandona el nido para aprender a volar. Se equivoca cuando prefiere la seguridad del nido renunciando a volar.

domingo, 30 de abril de 2017

El Rally pasó por Tanti.


El Rally pasó por Tanti. Mucho movimiento de personas, autos y cualquier medio de transporte repleto de “fierreros” de ley. Las sierras pacíficas tomaron color de autos, gritos, polvaredas, reuniones de amigos y no tanto. Mucho, mucho ruido. Las aves que alegran cada mañana estaban como locas, no sabía ni a qué lugar volar, ni si cantar. Los animales todo el año tranquilo y justo en su día, truenos provocados por los humanos, tiros de motores mal preparados, humo y tierra suspendida en el aire.

Los lugareños quejándonos de “ni poder ir al centro”, ni caminar por la ruta, en la que los competidores más preocupados por cumplir con un tiempo, cruzaban las líneas amarillas centrales cómo si fueran blancas, provocando miedo, desazón en los demás. 
En el centro, los comerciantes y vecinos casi presos del rally. Sólo algunos lugares de comida tuvieron la suerte de que los visitantes se sentaran en sus mesas. Los super sí, no daban abasto… de vender cerveza y “fernè” y una gaseosa cola.
Sí, pasó el rally por Tanti. ¿nos dejó algo? Mucho ruido y mucha basura. También descontrol. Los fanáticos no respetaban ni las cintas rojas ni a los servidores de seguridad cuyas indicaciones eran burladas. Mucho beodo. No hubo accidentes muy graves por milagro. La sierra terminó miada, cagada y vomitada por todos lados. Es que no había baños públicos ¿verdad? Y las necesidades estaban. Siempre están.
Pasó el rally por Tanti. En realidad, volvió. Basura y contaminación ¡mucha! Habrá dejado algo que compense tanto mala onda y observación. Se la dejo picando.

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