LA SEGURIDAD INSEGURA

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Hace casi diez días que tres condenados por un triple crimen se escaparon de una de las cárceles de "mayor" seguridad y más allá de las chicanas que los responsables anteriores y los actuales se tildan y acusan en cada intervención que pueden, lo cierto, lo que está a la vista, es que el sistema de seguridad en Buenos Aires (y quizás en todo el país) formado por fuerzas policiales federales, provinciales o de cualquier índole está deteriorado. Más que deteriorado, está corrupto.
Es imposible que tres escapistas estén prófugos luego de tantos días sin la "ayuda" de familiares, amigos, policías, políticos y medios.
¿Responsabilidades? ¡¡¡de todos!!! Quizás el nuevo gobierno tenga algunos atenuantes por el hecho de ser nuevo, aunque cuando uno asume una tarea para la que supuestamente está capacitado, hay hechos que no se pueden escapar por más inocencia o ingenuidad que se esgrima. El tiempo nos dirá si es así o quizás se trata de incapacidad lisa y llana.
Los vestigios responsables del gobierno nacional que se fue hace poco corrido por las urnas, que se ufanaron de una década ganada, es evidente que en seguridad fue la década perdida. La connivencia de fuerzas de seguridad y el narcotráfico, se hace cada vez más difícil de negar. Y por si eso es poco, dicha connivencia se estira a funcionarios representantes del modelo identificado con la letra número once del abecedario.
Queda la sensación amarga de que estamos desprotegidos por aquellos que nos deben proteger. El profesionalismo de los uniformados en algunos casos es muy pobre, ya que la juventud y por ahí las ganas de servir no bastan para parar las balas, hace falta formación, capacitación técnica, advertencias. No es bueno tener gente limpia al pie del cañón, hace falta que no mueran o sean heridos por la estupidez de los jefes o las razones más estúpidas de un modelo que ve solo un uniforme y no la tarea que hace mucho gran parte de jóvenes abraza para defender la Patria o para servir a los ciudadanos.
El mal y el bien conviven desde siempre. El mal es rápido en su andar. El bien es tan lento que muchas veces causa solo desconfianzas. La justicia de los Hombres es tan ambigua y manejada por los poderosos intereses en dinero de cualquier signo, que ya no es justicia. Y cuando llega tarde no sirve.
Llegar a poder es relativamente fácil. El problema es cuando lo tenés y más grave aún cuando ya no lo tenés.